tendrá forma de pan,
será simple y profunda»
Estas palabras están extraídas del poema Oda al pan, escrito por el chileno Pablo Neruda, fuente de inspiración del diseño que hemos realizado para la apertura de dos nuevas panaderías Panod en La Moraleja y Majadahonda. Ambos proyectos parten del mismo concepto adaptado a las características de cada espacio y constituyen nuestro homenaje al pan, tanto al origen como a su elaboración.


«Pan, con harina, agua y fuego te levantas, espeso y leve, recostado y redondo, repites el vientre de la madre, equinoccial germinación terrestre.
Pan, qué fácil y qué profundo eres: en la bandeja blanca de la panadería se alargan tus hileras como utensilios, platos o papeles, y de pronto, la ola de la vida, la conjunción del germen y del fuego, creces, creces de pronto como cintura, boca, senos, colinas de la tierra, vidas, sube el calor, te inunda la plenitud, el viento de la fecundidad, y entonces se inmoviliza tu color de oro, y cuando se preñaron tus pequeños vientres, la cicatriz morena dejó su quemadura en todo tu dorado sistema de hemisferios».
De este modo, llegamos a un concepto clave. Al igual que en la medición de ingredientes, en los tiempos de levado o en las condiciones de humedad o temperatura, la distribución y el cálculo de los espacios y de los distintos elementos implicados en el proyecto debían de estar diseñados al milímetro. Por este motivo, los materiales están pensados meticulosamente para conseguir el equilibrio perfecto, como en la cantidad de harina o de agua de una hogaza.
Nos propusimos generar un espacio vivo, homogéneo y envolvente. Buscamos la proporción tanto en el uso de materiales como en la fluidez de la distribución. El objetivo es que todo encaje a la perfección y, de ahí que, bandejas o expositores para las barras de pan están diseñadas a medida, siguiendo las dimensiones de cada producto. Todo está calibrado y pensado para que superficies y medidas ergonómicas sean lo más prácticas posibles para su uso diario.

En Panod Majadahonda, la tapicería de las bancadas es de tela reciclada de Jover y el revestimiento de los aseos es terracota artesanal de Antonio Alemán. Los trabajos en madera son obra de Yubero como ebanista y las plantas proceden de Greendecorum. Además, otro guiño al obrador son los detalles de la cerrajería, en ventanas, cerramientos interiores, y diseño de las patas de las mesas, cuyo diseño se inspira en los pliegues del amasado del pan y del hojaldre. Todo un poema visual.

