El modo de conectar lugares o modificarlos con el simple gesto de abrir o cerrar paneles, la poética de la luz indirecta, la presencia de jardines de interior y el empleo de materiales naturales son las claves sobre las que se apoya este proyecto para aportar ese guiño nipón. Son esa calma en el ambiente y esa neutralidad de tonos imperante los que han permitido orientar todo el protagonismo hacia la gastronomía.

La calma de los tonos arena que se ha empleado en el interiorismo y el cálido resultado se alían con las sensaciones que aportan los tejidos y la madera en tono natural del mobiliario, realizado a medida de forma artesanal. Todo ello proporciona un valor añadido esencial para nosotros porque proporciona una textura agradable desde el primer momento en que el comensal se sienta a la mesa. En este mismo sentido, la piedra Marrón Emperador que se ha escogido para revestir tanto la barra como la zona de preparación a la vista de sushis y ceviches cumple la misma finalidad pretendida tanto estética como de sensaciones táctiles.


Con la iluminación indirecta, los elementos diseñados a medida en madera, obra del ebanista Pablo Yubero, las plantas preservadas de Greendecorum, las cortinas metálicas de Kriskadecor y la tapicería de Ilarcuris ha querido poner en valor la excelencia de la artesanía y añadir la singularidad en texturas y acabados encaminados a mejorar la experiencia del espacio.
