Villalón Studio

Breve historia de un montaje efímero

Autor/a

Villalón Studio

Traspasar un espacio geométrico de acero en una semioscuridad teñida de rojo con el velo blanco del humo y el crepitar de leña consumiéndose por el fuego, tocar la piedra brillante, querer atrapar el vaho de una ducha imaginada.

Todas estas sensaciones resumen el concepto de la instalación efímera Contemplar la belleza, sentir el calor que diseñamos para Roca Madrid Gallery dentro de la celebración del Madrid Design Festival.

Baja Efimero ROCA GALLERY Villalon Studio
Efimero ROCA GALLERY Villalon Studio
En este proyecto el mayor reto fue que nunca antes nos habíamos encontrado con completa libertad temática y espacial. Como en todos los trabajos que acometemos, una vez definido el concepto y aplicado a la geometría, decidimos visitar la fábrica de Roca para ver de qué manera podíamos materializar nuestro diseño.

Desde el primer momento nos interesaba emplear un material que estuviera involucrado en el proceso de fabricación de productos de la marca y, de este modo, emplear un material ya existente. Tras este primer contacto, el destello brillante de las piedras de carburo de silicio nos animó a utilizarlo como material para generar la parte estructural del proyecto.

Diseñamos la estructura y cuando estábamos dando forma al muro de gaviones, cuya retícula se rellenaría de piedras de carburo de silicio, calculamos el peso de este material y surgió un problema técnico por el elevado peso de éste que alcanzaba varias toneladas.

Primero rediseñamos el muro, aligerándolo y haciéndolo más permeable. Después llegaron las piedras y al ver que presentaban un formato casi en en polvo, tuvimos que buscar una alternativa. Como la opción resultante pesaba más incluso que con el primer tipo de piedra, decidimos trasladarlo a la planta baja, donde cabía perfectamente, dado que el cubo era de menor tamaño.

Efimero ROCA GALLERY Villalon Studio
Efimero ROCA GALLERY Villalon Studio
Así, de un problema surgieron mejores soluciones finales, tanto técnicas como estéticas y sensoriales. El montaje se convirtió en algo más versátil al poder atravesarlo con mayor libertad y la experiencia inmersiva salió ganando. Por lo demás, instalar techo, iluminación y altavoces, colgar la cortina de cadenas y, finalmente programar la máquina de humo y encender el sonido fueron los últimos pasos de esta instalación pop-up sensorial.

Si el resultado final fue un juego de sensaciones, emocional, el montaje cumplió los principios del Estoicismo, al sacar beneficio de un contratiempo.